Muchas son las veces en que me preguntan, Clau: ¿cómo se cuál es el nombre de mi Ángel? En este publicación les platico al respecto.
Los Ángeles, como se los he compartido antes, son seres de mucha luz y energía superior, por lo que su nombre irá directamente relacionado al amor. Y ¿cómo es esto? Al ser seres que nos aman incondicionalmente puede que te revelen su nombre, o bien, te darán la oportunidad de que tú en este plano, seas el que se lo brindes.
Algunas formas de saberlo son:
- A través de sueños
Cuando te vayas a dormir, pídele que te revele su nombre. Al pasar de los días, puede que tengas sueños donde se te revele el nombre y lo recuerdes de manera clara o te despiertas con un nombre en la cabeza y sea lo primero que recuerdes. - Meditando
Cuando estás en procesos meditativos puedes solicitar su nombre, y el nombre que tal cual venga a ti, ese ese. No intentes dirigirlo ya que puede mostrarte un nombre común, o bien, uno complicado. Pero el punto es que el que surja desde esa conexión interna, ese es. - El nombre de tu amigo «imaginario» de infancia
Así como lo lees, si tienes la fortuna de recordar el nombre de ese amiguito imaginario de tu infancia, ese es. Y esto porque cuando somos niños no tenemos el ego tan desarrollado y somos seres más susceptibles a energías. Ese amigo muchas veces es nuestro angelito. - En Angeloterapia
Cuando asistimos a sesiones con Ángeles, los angeloterapeutas pueden ayudarnos a saber el nombre mediante procesos de sanación y conexión con nuestro Ser Superior y Seres de Luz.
Estas son tan solo algunas de las formas de descubrir el nombre de tu Ángel. Ahora, el nombre es lo de menos. Recuerda que somos energía y para conectar con Energías Superiores solo tenemos que traerlas a nuestra mente para generar la conexión.
Es muy común que quien quiera ponerle nombre a tu Ángel sea tu ego. Conecya con él desde tu alma y creeme que no necesitarás nombre para llamarlo y para sentir su presencia.
Te comparto este mensajes canalizado que tienen los Ángeles para ti.
«Querido(a) hermano(a), siéntente en completa libertad de preguntarme cómo me llamo, y desde el fondo de tu corazón sabrás cuál es, ya que desde el amor es donde nos unimos y desde ese amor es que llamarás. Pero estate seguro(a), que con tan solo tener la intención de que esté contigo; vendré y estaré contigo siempre».
Con todo mi cariño, Clau.
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